
Terrestre, depredador, pequeño, seguro, no activo
Dicen que los Gatos caminan por sí mismos por una razón. Prefieren la soledad y no les gusta especialmente su propia especie. Necesitan su espacio personal. Encontrarse en una fila, en un mercado de pulgas, donde otros están demasiado cerca de ellos, no es de su agrado. Forman vínculos con un número extremadamente pequeño de personas, y no hacen alarde de estas relaciones.
Los Gatos no son temperamentales; evitan los conflictos. Intentan entender la situación, no escalarla.
El Gato no es de los que expresan abiertamente sus sentimientos al mundo entero. Incluso su alma gemela no siempre logra obtener una explicación de ellos. Esconden las emociones agradables que obtienen de los halagos y el cortejo muy adentro. Uno podría tener la impresión de que la comunicación con su ser querido no es importante para ellos, pareciendo un acto de condescendencia, aunque por dentro, sus emociones pueden ser intensas.
Al Gato le disgustan en exceso las demostraciones de sentimientos y no tolerará tal actitud hacia sí mismo. Un ser querido debería simplemente estar ahí pero no abrumar al Gato con control y expresión de sentimientos.
La actitud de los Gatos hacia los niños es interesante: proporcionan cuidado y beneficios materiales pero intentan no imponer sus puntos de vista a ellos, enseñándole al niño a pensar por sí mismos. Los padres Gato vigilan de cerca a sus hijos, protegiéndolos si es necesario, pero en situaciones normales, los niños deben enfrentarse por sí mismos.
Sin embargo, si al Gato le falta calidez y atención, se deprimen. La línea entre "no me molestes" y "no me notas" es muy fina. El Gato a veces ronronea porque está de buen humor, y a veces, extiende sus garras. Además, el Gato no perdona los insultos; se aman demasiado como para perdonar que los traten mal.
Los Gatos son limpios y cuidan muy bien de sus cuerpos y de sí mismos. El buen sueño es importante para los Gatos, ya que su sistema nervioso y su salud en general dependen de él.
Los Gatos no saltan a la acción al frente; no les importa que otros hagan cosas por ellos. Destacan en la esfera comercial, siendo capaces de "ronronear" a cualquier socio o cliente potencial hasta llegar a un acuerdo. Su segundo talento, pero no menos importante, es la capacidad de entender a las personas y detectar amenazas porque ¡tienen un perfecto olfato para las ratas!