
Curiosamente, las personas del tercer tipo de eneagrama suelen ser muy activas. A menudo parece que siempre tienes prisa y te falta tiempo. Para ti, perder el tiempo es lo peor imaginable.
La productividad y la eficiencia son los principales objetivos de tu vida, y el éxito es la recompensa más importante. Crees que nada es imposible y que el trabajo es la principal forma de alcanzar los objetivos que te planteas continuamente.
Todos tus pensamientos están enfocados en los próximos logros y éxitos. Estás dispuesto a trabajar 24/7 hasta que alcances el resultado deseado. La ociosidad es algo que no puedes entender, y el descanso no es solo una siesta perezosa, sino una actividad constante.
Detestas tanto perder el tiempo que estás dispuesto a realizar varias tareas a la vez. Tienes un carácter flexible, que te permite encontrar muchas formas de superar cualquier obstáculo en tu camino hacia tu meta. Esta flexibilidad también se manifiesta en la comunicación con las personas, ya que tu comportamiento cambia dependiendo de con quién interactúas.
Te esfuerzas por ser el mejor en todos los aspectos: ser el más inteligente, el más hermoso y el más exitoso. Siempre estás ansioso por aprender algo nuevo si te ayuda a alcanzar tus metas.
Debido a tu incansable deseo de reconocimiento y triunfo, puedes asumir una carga de trabajo abrumadora, imposible de manejar. Además, la sociedad puede no estar interesada en tu éxito. Al enfrentarte a tales fracasos y falta de reconocimiento por tus logros, te sientes estresado. Tus emociones, que has reprimido durante tanto tiempo, comienzan a romper, lo que lleva a un "adormecimiento psicológico" y a una posible pérdida de fe en tus habilidades.
Te sientes cómodo cuando tu trabajo va bien, alcanzas fácilmente tus metas y, por supuesto, cuando hay una admiración genuina de los demás. En esta situación, puedes relajarte, dejar momentáneamente tu fachada, evaluar críticamente tus objetivos e incluso tratar tus logros con ironía.
Las emociones son un obstáculo importante para ti, ya que su presencia reduce tu productividad a cero. Por esta razón, tus seres queridos pueden a veces sentir una falta de calidez y sinceridad de tu parte.
Los Triunfadores pueden ser susceptibles a la vanidad, incapaces de resistir el deseo de despertar la admiración de los demás. Los Triunfadores necesitan amor y aceptación de la sociedad. Para ellos, el amor y la admiración están estrechamente relacionados: si te admiran, te aman. Para obtener esa admiración, tienes que tener éxito en algo.
El lado oscuro de la búsqueda del éxito puede ser un profundo sentimiento de soledad, ya que, en este caso, puedes perderte a ti mismo. También puede haber problemas derivados de la infancia si los padres inculcaron la obligación de cumplir con ciertas expectativas. Como resultado, los Triunfadores forman una creencia subconsciente: "Soy amado por mi éxito. Para ser amado, debo tener éxito en la vida."