
El síndrome del impostor, también conocido como fenómeno del impostor, sindrome del impostor, impostorismo o percepción de fraude, es una serie de experiencias psicológicas en las que una persona duda repetidamente de sus habilidades, talentos, capacidades, se siente como un fraude y explica sus logros por la suerte serendipitosa. El término fenómeno del impostor fue acuñado por la profesora de psicología de la Universidad Estatal de Georgia, Pauline Clance y la psicóloga Suzanne Imes en 1978. Las dos psicólogas lo describieron en su trabajo "El fenómeno del impostor en mujeres de alto rendimiento: dinámicas e intervención terapéutica". Pauline Clance admitió que también se sintió como una impostora en la escuela de posgrado.
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Este síndrome puede afectar a cualquier persona sin importar su género, edad y profesión. De hecho, incluso personas muy exitosas, talentosas o famosas que objetivamente han logrado mucho pueden sufrir del síndrome del impostor. El impostorismo puede tomar varias formas, dependiendo de la personalidad, antecedentes y circunstancias de un individuo. A menudo se manifiesta como sentimientos infundados de duda de sí mismo e incompetencia, a veces acompañados de auto-crítica negativa, inquietud, ansiedad y/o depresión. Por cierto, si has estado teniendo pensamientos negativos últimamente, te sugerimos que tomes este preciso Test de Depresión para determinar el grado de tu depresión.Es difícil para los individuos afectados por este síndrome apropiarse de su éxito. Y para contrarrestar estos sentimientos de culpa, como si no merecieran tener lo que han logrado, una persona que padece el síndrome del impostor puede terminar trabajando aún más duro, lo que conduce a muchas consecuencias negativas. Se estima que al menos el 25-30% de los altos logradores experimentan el síndrome del impostor. Sin embargo, a pesar de su omnipresencia, todavía se sabe poco sobre este fenómeno. El síndrome del impostor ni siquiera es un diagnóstico oficial aún. Pero muchos psicólogos reconocen que es algo real y debe ser reconocido como un trastorno mental. Según un estudio de 2011, casi dos tercios de los adultos experimentan este síndrome al menos una vez en su vida. Así que si sientes que también podrías ser su víctima, debes saber que no estás solo.
Hecho divertido: algunos profesionales de la salud mental piensan que el súper popular personaje de J. K. Rowling, Harry Potter, tenía el síndrome del impostor. Si quieres descubrir si tú también lo tienes, realiza el Test de Patología de Harry Potter. También podría suceder que te identifiques con algún otro personaje del universo de Harry Potter. Este test te ayudará a determinar cuál es.
Para algunas personas, el síndrome del impostor puede alimentar su motivación para alcanzar sus metas. ¿Quizás este síndrome es inofensivo e incluso útil entonces? No realmente. Porque esta "alta motivación" suele venir a costa de un constante nerviosismo y ansiedad. Una persona puede trabajar demasiado duro para asegurarse de que nadie piense que es un fraude. Eso hace que su ansiedad sea aún peor y puede llevarlos a la depresión. Es un círculo vicioso. Un impostor piensa que la única razón por la que sobrevivió a esa presentación de negocios fue porque se quedó toda la noche sobrepreparándola. Pero incluso la experiencia de hacer un gran trabajo no cambia sus creencias negativas. No pueden evitar pensar: "¿Realmente merezco estar donde estoy?" Esta presión los lleva al agotamiento por trabajar demasiado y eventualmente puede afectar el rendimiento laboral del individuo, el bienestar emocional e incluso la salud física.
Si quieres evaluar tu nivel de ansiedad, te recomendamos que tomes Test de Ansiedad de Spielberger.

Si uno o más tipos resuenan contigo, significa que lo más probable es que estés experimentando el síndrome del impostor.
Si sientes fuertemente que eres un impostor, puedes reducir estos pensamientos y sentimientos negativos hablando con amigos de confianza, familiares o tu pareja romántica. Todos sabemos que obtener una perspectiva externa siempre es útil porque puede sacudir las creencias irracionales de una persona y anclarlas en la realidad. Hablar con un buen profesional de la salud mental también puede ayudarte.
También estamos aquí para echarte una mano. Si quieres superar tu síndrome del impostor, aquí te dejo algunos consejos empoderadores:
1. Interioriza el éxito. Cada éxito, aunque parezca insignificante, merece ser celebrado. Al pausar y revisar los factores fundamentales que te ayudaron en tus logros, te acercas más a apropiarte de tu éxito. En lugar de pensar que tu logro se debe a la pura suerte o la ayuda de alguien, reconoce tu contribución individual. Además, aprende a aceptar el reconocimiento de los demás, incluso por pequeñas victorias.
2. Concéntrate en los hechos en lugar de en los sentimientos. Por lo general, la tentación para los impostores es apropiarse de sus fracasos, pero no de sus éxitos. Un análisis de causa raíz profundo y exhaustivo puede ayudarte a considerar cualquier resultado de manera apropiada. Busca evidencias de tus éxitos - repasa tus proyectos más recientes y si parecen bien, celebra tus logros. Y si has identificado algo específico que puedes mejorar, trabaja en ello.
3. Identifica la causa de tu experiencia con el síndrome del impostor. Pregúntate: “¿Mis sentimientos de incompetencia están realmente relacionados con la falta de habilidades o conocimientos, o se debe a mi baja autoconfianza y ansiedad social?” Y si es lo último, empieza a hacer algo para superarlo.
4. Finge hasta que lo consigas. Visualiza tu éxito, medita y repite afirmaciones positivas como “Soy exitoso”, “Me quiero y me apruebo”, “Soy capaz de lograr cualquier cosa que quiera”. En otras palabras, utiliza las estrategias que mejor te convengan para aumentar tu confianza.
5. Date cuenta de que es perfectamente normal pedir ayuda a los demás. Eres simplemente un humano. Y tienes tanto derecho como las demás personas a pedir asistencia.
6. Deja de buscar la perfección. No importa cuán bueno seas en algo, aún cometerás errores. Y está bien. Es la vida. Así que no hagas de la perfección tu objetivo. La felicidad es un viaje, no un destino, después de todo.